Aventuras y desventuras de un macetohuerto
Dos orugas han vuelto a comerse buena parte de las hojas de una de las plantas de judías de mata baja, y esta vez he aplicado un remedio ecológico e infalible: aplastarlas con los dedos. Son tremendas, super voraces, más aún que la vez anterior. En dos o tres días días, si no te das cuenta, pueden terminar con una planta como esta fácilmente, o eso al menos pienso yo.
Son muy voraces para lo pequeñas que son, el ataque de solo tres minúsculas orugas en menos de dos días han dejado las matas así de agujereadas. Las he pulverizado con decocción de ajo a la que añadí un poco de agua con jabón (Fairy) y parece que ha funcionado. Lo único es que se me hace complicado revisar hoja por hoja para encontrar las orugas en el reverso…
Por otra parte, he quitado los DVDs que hacían de espantapájaros de esa zona del macetohuerto, para ver si viene alguno que le gusten las orugas y me echa una mano, o mejor dicho un pico, porque no gana una para sustos:
Así está ahora, todo chiquitito todavía, aunque en la foto parece aún más pequeño, pero ya se ve algo de verde y van naciendo nuevos cultivos. No está mal, sabiendo que lo recomencé hace poco más de un mes.
En las dos macetas de la izquierda están las acelgas, con ajos, al fondo calabacines con judías de enrame, a la derecha judías de mata baja, algunas de ellas con pepinos y las plantitas de melón delante.
Uno de los calabacines está bastante grandecillo, otro día más fotos. 🙂