Dos orugas han vuelto a comerse buena parte de las hojas de una de las plantas de judías de mata baja, y esta vez he aplicado un remedio ecológico e infalible: aplastarlas con los dedos. Son tremendas, super voraces, más aún que la vez anterior. En dos o tres días días, si no te das cuenta, pueden terminar con una planta como esta fácilmente, o eso al menos pienso yo.